El entrenamiento cruzado va a consistir en la utilización de técnicas o ejercicios específicos de otra u otras disciplinas para optimizar el rendimiento deportivo de nuestro propio deporte.
En el mundo del deporte y, sobre todo, en el de la competición, la excelencia se mide a través de parámetros como la precisión, la velocidad o la resistencia. De aquí, que el entrenamiento cruzado se convierta en una valiosa herramienta para todos los deportistas, donde se conjuga la propia práctica deportiva con el entrenamiento de fuerza.
Por todo ello, trataremos en esta entrada de valorar el papel del entrenamiento de fuerza y específico en paralelo con la práctica deportiva principal, destacando cómo esta combinación no solo mejora el rendimiento, sino que también sirve para prevenir lesiones.
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Entrenamiento cruzado: los ejercicios de fuerza
Existen bastantes deportes para cuyos desarrollos es precisa la repetición constante de movimientos específicos. Esta reiteración puede generar desgaste físico, por lo que se hace más conveniente un enfoque más integral donde tenga presencia el entrenamiento cruzado.
El entrenamiento de fuerza. constituye un complemento primordial para alguien que busque mejorar su rendimiento deportivo y, al mismo tiempo, prevenir lesiones.
De esta manera, al fomentar el fortalecimiento de los grupos musculares específicos utilizados en la práctica deportiva se consigue una base sólida que no solo potencia la ejecución técnica, sino que también proporciona estabilidad y resistencia a todo el cuerpo.
Deportes como el tenis, el golf, el pádel o el running, entre otros , someten al deportista al uso continuado de golpes y movimientos que exigen no sólo una técnica bien trabajada, sino también unos ejercicios específicos. Es por ello, que hay que implementar un plan paralelo de ejercicios de fuerza que otorgue una base sólida y respalde esta preparación con el entrenamiento cruzado.
Veamos un ejemplo de entrenamiento cruzado. Si un tenista que quiere perfeccionar su saque, además planifica ejercicios de fortalecimiento de piernas, core y brazos, no sólo mejorará en precisión y potencia en su saque sino que, además, reducirá de forma significativa el riesgo de sufrir lesiones articulaciones o musculares.
En definitiva, el entrenamiento de fuerza, además de fortalecer los grupos musculares, favorece la recuperación a la par que se mejora en equilibrio y coordinación.
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Beneficios de realizar entrenamiento cruzado
Resumimos las ventajas de realizar entrenamiento cruzado. Además de los beneficios mencionados anteriormente sobre el rendimiento y la reducción en el riesgo de sufrir lesiones, con el entrenamiento cruzado conseguirás aliviar la fatiga muscular propia de tu deporte, mejorarás en la respiración y, sobre todo, te sentirás motivado:
Ganar en rendimiento. Complementar ejercicios para el fortalecimiento del tren superior e inferior, abdominales, core, etc.. a través del entrenamiento cruzado es esencial para obtener un mejor rendimiento.
Recuperar lesiones. Es evidente que hacer deporte supone correr el riesgo de lesionarse. No obstante, hay lesiones evitables. La inadecuada ejecución de una técnica, el entrenamiento sin supervisión o, simplemente, el cansancio son causas probables de lesión. El entrenamiento cruzado es una buena salvaguarda para ello.
Mitigar la fatiga muscular. El entrenamiento cruzado, en este caso, va a aportar descanso a los músculos más exigidos por la preparación de tu disciplina deportiva. La alternancia con otro deporte hará que sean otros músculos los que se activen se refuercen.
Adecuar la respiración. La realización de otros deportes donde la forma de respirar sea fundamental va, sin dudas, a ayudarte a controlar mejor el proceso de inhalación y exhalación. Comprender los ritmos respiratorios también contribuirá a la mejora del rendimiento deportivo.
Crecer en motivación. El concurso, pues, entre el entrenamiento de fuerza, los ejercicios de otras disciplinas y el específico de cada uno, no sólo acabará beneficiando al rendimiento físico, sino que aporta un aliciente diferente evitando la monotonía y manteniendo una motivación alta, afianzando el compromiso con la práctica deportiva.
Conclusión
La puesta en práctica del entrenamiento cruzado supone reconocer la importancia de valorar y adoptar el entrenamiento de fuerza y específico en paralelo con la práctica deportiva principal.
Actividades como natación, ciclismo, yoga, Pilates, el uso de aparatos como la elíptica o de pesas son el complemento ideal para realizar el entrenamiento cruzado.
Es ese plus que puede convertir algo bueno en algo mejor, en tanto proporciona al deportista, además de la capacidad de destacar en su disciplina, la resistencia para mantener ese rendimiento a lo largo del tiempo.
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La combinación de habilidades técnicas con el apoyo de fuerza física debe ser el camino a seguir por aquéllos que no sólo aspiren a mejorar el rendimiento deportivo sino también a obtener una dosis añadida de motivación y, en definitiva, a un mejor estado de salud deportiva.
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